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26/9/09

Un día en la vida en 2025

Rogelio se despierta con el sonido de un despertador suave. Aunque es Noviembre, la casa está agradablemente caliente ya que ha sido construida de materiales nanocompuestos y de energía eficaz, especialmente diseñados para mantener el entorno caliente en invierno y fresco en verano. Las ventanas tienen un nanoencubrimiento que deja entrar la luz filtrada y retiene el calor; y repelen la suciedad así que nunca hace falta limpiarlas. Rogelio odia limpiar las ventanas.
Él dice “Las noticias, por favor” y una pared de su habitación de repente se ilumina, y muestra escenas, con un comentario, sobre los últimos acontecimientos en el mundo.

Dice, “el tiempo en Estocolmo, por favor” y la imagen cambia para mostrar un mapa del tiempo, con la previsión del día. Entonces dice, “Bien, gracias”, y la pantalla se convierte en papel pintado de nuevo.

Entonces, Rogelio se levanta y va al cuarto de baño. El agua se recicla constantemente, usando nanofiltros. Se lava y se limpia los dientes con una pasta dentífrica que incorpora hidroxiapatita y otras nanopartículas. Como consecuencia, sus dientes están perfectos, sin empastes ni caries. Sin embargo, Rogelio no es completamente perfecto.

Tuvo un accidente de niño y como consecuencia su oído quedó dañado; pero gracias a la nanotecnología, ahora tiene un pequeño implante coclear que no necesita ninguna fuente de alimentación externa. Fue colocado hace unos años, casi sin dolor, y le costó aproximadamente lo mismo que una camisa nueva. La calidad del sonido significa que no tiene ningún impedimento en absoluto en facultades. Esta tecnología está disponible a un precio económico en todo el mundo, igual que muchos adelantos médicos basados en la nanotecnología. Durante el día, Rogelio es un ejecutivo muy ocupado, trabajando en un conocido banco.

Cuida su salud y sabe que tiene una propensión genética a enfermedades del corazón (comprobó su genoma él mismo utilizando un instrumento barato, del tamaño de la palma de la mano) así que se asegura de monitorizar todos sus sistemas “vitales” cada mañana. En el cuarto de baño, agarra una pequeña “manilla” durante unos pocos minutos y, en pocos segundos, su pulso, tensión sanguínea y nivel de colesterol aparecen en el espejo del cuarto de baño. Si quiere saber algo más como su nivel de azúcar en la sangre, tendrá que esperar un poco más, pero no se molesta. Parece que todo está bien.

Después de lavarse, Rogelio se pone la ropa, que es tratada para quedar limpia y fresca, y sin arrugas. Esto la hace mucho más eficaz en cuánto a la energía – y él parece muy elegante. Su desayuno suele consistir en fruta, pan, avena cocida y yogurt – estos son alimentos “nutrigenómicos “; modificados especialmente para proporcionar el tipo de nutrición óptimo para mantener su corazón en buenas condiciones, y ayudar a su bienestar general.

Le espera un día ajetreado. Rogelio decide empezar a trabajar. Podría usar su habitación como su despacho pero prefiere trasladarse a otra habitación. Cuando abre la puerta, ya puede ver que algunos de sus compañeros de trabajo ya están trabajando, en esta oficina virtual. La persona más cercana, geográficamente hablando, en la realidad vive a cuatrocientos kilómetros. Sabe que tiene una serie de reuniones programadas para hoy con clientes de todo el mundo. El viajar ya no es la norma, y es sencillo reunirse con la realidad virtual. La tecnología lo hace tan natural que unas personas han olvidado que están hablando con un holograma e intentan darse la mano o darse una palmada en la espalda. Según progresa el día, se pone en contacto con sus compañeros de trabajo, que viven en lugares muy diferentes, pero todos se encuentran tan a gusto con la tecnología que siente que están realmente en la misma habitación. Incluso toman el almuerzo virtual juntos!

Rogelio recuerda los días cuando la gente viajaba en coche o avión, hasta que las sequías, incendios, la hambruna, plagas y huracanes eran tan frecuentes que las pruebas científicas de un desastre ecológico global, irreversible e inminente no podían ser ignorados. Los gobiernos tuvieron que tomar unas decisiones muy contundentes para asegurar la supervivencia del planeta y la continuación de la raza humana. Quedó prohibido viajar excepto en emergencias, se impuso el uso de nuevas formas de energía a través de la legislación, tales como la adopción de tecnologías de energía renovable (principalmente solar) y siendo prioritario el ahorro de energía.

Las industrias de la aviación y del automóvil se hundieron completamente. Se produjo una revolución en la fabricación, al hacerse imposible el transporte de mercancías no esenciales. En su lugar, unidades locales de fabricación personales se convirtieron en la norma, creando productos que eran elaborados por medio de algo parecido a la tecnología de chorro de tinta, pero en 3-D.
Se empezó a controlar la salud de la población a distancia, y la mayoría de los pacientes podían ser tratados precozmente, en sus casas, ahorrando energía y otros recursos. La tecnología permitía que las enfermedades fuesen identificadas a nivel de unas pocas células, y tratadas in situ. En casos extremos, los pacientes podían ir a pequeñas unidades quirúrgicas locales que contenían el último equipamiento. En estos momentos, había fondos para implementar las curas largamente esperadas para las enfermedades del mundo menos desarrollado (las cuáles existían desde hace tiempo pero no habían sido consideradas económicamente por los que las desarrollaron). Reinaba la confusión en la industria, incluida la industria alimenticia.

Los alimentos tenían que ser cultivados y consumidos localmente, así que se crearon nuevos sabores para proporcionar una variedad en el gusto; y muchos alimentos fueron modificados científicamente para proporcionar beneficios para la salud e impedir la manifestación de enfermedades heredadas genéticamente. Estos fueron cultivados especialmente en unidades aisladas.

Rogelio de vez en cuando pensaba en sus momentos de ocio que la vida en el 2025 realmente no estaba mal. Su casa era cómoda, podía comunicarse con cualquiera de sus amigos en todo el mundo, y, cuando se aburría, podía transformar su entorno, usando unas órdenes habladas, en un paraíso con playa; solamente faltaba el mar de verdad.
Sin embargo, prefería salir a dar un paseo afuera y maravillarse del milagro de la naturaleza. El asfalto de muchas carreteras, caminos y jardines había sido arrancado y la tierra subyacente cuidada concienzudamente hasta que se repuso en un intento desesperado para regenerar la preciosa bacteria, proveedora de un ambiente saludable del de toda vida dependía.

La agricultura también había cambiado drásticamente. Ya no existían los fertilizantes y pesticidas asesinos; aunque algunos cultivadores tenían una licencia para producir alimentos especiales que pudieran contrarrestar algunas enfermedades heredadas. La gente tenía suerte también en que la ciencia había descubierto una manera de animar al cuerpo para que regenerase sus propios tejidos y órganos, que no hacían falta transplantes, incluso en casos graves de fallo de órganos.


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